sábado, 19 de junio de 2021

CARTA A MI HIJA CATERINA SINEAD _AMÉRICA COMPARINI SALAS CHILE.

  A mi hija Caterina Sinead , que llegó en el atardecer de mi vida e inspiró
 este cuadro  que llamé "La Ensoñación de Caterina. (nombre en homenaje  a mi  bisabuela Caterina Alessandrini)
  Era el més 7 de 1992.
Séptimo mes del año, solitaria y meditabunda, caminaba por el gran parque Forestal ,inserto en la ciudad de Santiago, capital  de Chile.
Abstraída pensaba en el nacimiento de mi próximo  Primer Libro de Poesía, que se estaba gestando en la imprenta aledaña  al Río Mapocho y al Cerro San Cristóbal.
Los árboles silenciosos se mecían con la brisa de la estación recién llegada, sus amarillentas y marrones hojas, daban su aliento  final. 
Balanceaban su fragilidad  en el aire, que les sonreía discreto, para caer suavemente sobre el césped mojado por el surtidor irrespetuoso que  bañaba los pies al girar.
Sin querer observaba el paso del Invierno y ese  cambio impresionante de matices que transformaban los tonos vibrantes y  verdes de las plantas y el notorio  languidecer de las flores, que tristes  se despedían del sol.
El  suelo húmedo y las yerbas adyacentes despedían un aroma especial. 
El dulzor sutil de una gran enredadera de la "flor de la pluma", embriagaba el entorno. Sus  flores secas, daban plañideros suspiros al contacto del agua que las humedecía y sacaban el último resto de su perfume.
Así contemplativa y relajada , de pronto sentí dentro de mí, en el receptáculo materno, un pequeño latido, como el aleteo de una pequeña mariposa.
Sorprendida detuve los pasos y mi mano instintivamente bajó y se detuvo desde donde salía ese murmullo.
Continué caminando y otra vez lo mismo, pero acompañado de un ligero vértigo que  me llevó hacía un árbol para  sujetarme y  no caer .
Alguien que iba pasando me preguntó si necesitaba ayuda. Le agradecí temblorosa, cuando me acompañó a un asiento del parque y bebí un sorbo de agua.
Respiré profundamente una y otra vez, cómo le enseñaba a mis alumnas en los Talleres de Relajación , recuperando así la serenidad que me acogía esa tarde.
Nuevamente , al levantarme, por tercera vez sentí ese aleteo de mariposa .
Entonces supe , que eras tú mi pequeña, que venías a este mundo, por la similitud con tus hermanas.
Días después , cuando confirmé tu arribo,  una alegría indescriptible me inundó:
eras el fruto de un amor maduro. 
Sin embargo todo era tan inesperado¡ 
Y mi cuerpo que parecía  cerrado en  su ciclo para crear  nuevas vidas, por alguna razón extraña volvía a florecer .
Te confieso, que sentí mucho temor por tantas cosas que me rodeaban , pero me sentía feliz y estaba dispuesta a todo ,  para recibirte sola  y cobijarte en mis brazos. También tu hermana mayor que estaba fascinada con la noticia.
Pero tú, corazoncito mío, mi jazmín, mi  manojito silvestre,  me habitaste solamente unos meses y una  mañana, sin previo aviso, emprendiste el vuelo.
Entonces esa misma  noche, soñé que tú deseabas ser una mariposa .
Aunque te pedía y te suplicaba  no te fueras, explicándote el breve tiempo de vida de ellas,  tú insistías en abandonarme .
Mi primer libro, nació ese año el  mes de Octubre y tú no estabas. 
Extraña compensación de la vida, que comenté en la ceremonia de bienvenida de este hijo literario, pero  de papel.
Por eso, en esta soledad en que vivo, tan llena de ausencias, siempre te pienso  y me acompañas desde este cuadro que he pintado para ti y nos vemos a diario, visualizándote cómo serías a tus 27 años, tan hermosa con tus ojos claros y tu cabello rojo.
 Como un guiño a Irlanda, por los genes de tu padre e imaginándote rodeada de mariposas cómo en nuestro sueño, en  ese  bosque encantado de ninfas y mecida por la música envolvente de las gaitas y tu voz suave diciéndome:
Madre, déjame ir
 libérame¡
 Yo siempre estaré para ti, en el vuelo de cada mariposa , que se cruce en tu camino!.

                                                                               🦋