
Hoy al leer una epístola , llena de amor, de un padre a su hijo no nato, mi corazón , como una flor deshojada , se abrió de par en par, y los he recordado , sin embargo, siempre habitan en mi como mi más grande y dolorosa pena .
He rememorado , a la muchacha que un día fui , a esa mujer-niña, que se empinaba a la vida y lloro por Uds. mis pequeños ángeles, por nosotros , por mi juventud derramada
Dormidos en lo más profundo del alma hoy nuevamente están allí, en el recuerdo: tan huérfanos y abandonados mis niños amados, que mis manos y mis brazos no pudieron acunar.
Mi pena será ésta: vagar por la nostalgia y el dolor eternamente, no resignarme jamás , e imaginar sus sonrisas , sus vagidos, sus manos entre las mías.
Protegerlos, cuidarlos, arroparlos por las noches frías , jugar en la playa persiguiendo las olas o verlos correr o caminar en una plaza , adivinar cómo serían sus caritas, su voz y luego abrazarlos tan profundamente
Hoy como ayer , les nombro con ternura , con infinitos nombres y cuando abrazo a otros niños que sufren, entonces los vuelvo a tener entre mis brazos y les llamo
mis pequeñas alondras,
mis pequeñas golondrinas,
mis pequeños jazmines,
mis pequeños rubíes,
mis jacintos pequeños,
mis pequeños, que nunca jamás volverán...
pero siempre presentes en el recuerdo,
Mis pequeñas enredaderas, enlazadas por siempre a mi alma..¡
Querubines que en las noches de luna llena, cuando las estrellas todas posadas en una gran alfombra azul, repleta de diamantes iluminan la noche , mi delirio me hace imaginar , que talvez, exista un paraíso, otra galaxia , donde jueguen felices, todos los niños no natos , como Uds. mis pequeños que no alcanzaron a llegar ....